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Las formas en que las personas perciben la sexualidad son muy variadas. Muchos la cen como un aspecto importante de su personalidad, una dimensión que enriquece sus vidas y fortalece sus relaciones interpersonales. Otros, en cambio, tienen una visión negativa de ella, pues consideran que la sexualidad es algo vergonzoso, que trae consigo riesgos y problemas. Estas actitudes negativas hacia la sexualidad pueden hacer que las personas, conforme vayan creciendo, vivan su sexualidad en un clima de terror, desconfianza, desinformación y soledad. Una persona que vive su sexualidad con sentimiento de culpa y vergüenza no tendrá un conocimiento adecuado de las partes de su cuerpo, tendrá dificultades para tomar medidas de autocuidado, para establecer límites y expresar asertivamente lo que le agrada o desagrada, así como puede hacer respetar sus derechos. Por el contrario, una persona que se siente bien consigo misma y con su sexualidad es más probable que se desenvuelva con seguridad, confianza y respeto, reflexione antes de tomar sus decisiones y asuma las consecuencias de sus actos.